Querido Gilipollas;
Lo tuyo no tiene nombre:
Me tienes en tus manos y lo peor es que lo sabes. Aunque te hagas el tonto, aunque parezcas idiota, sabes más de la cuenta. Aunque a ti mismo te llames "corto". No hablas a una imbécil.
(¿?) Posiblemente no lo sea, pero esto para mí es arrastrarse. Y me arrastro, me arrastro, ¡claro que me arrastro!, por un gilipollas. Pero es que no es un gilipollas cualquiera, ¡es que es MI gilipollas! No mío porque me pertenezca... mío porque yo ya pertenezco a él.
Soy bastante bipolar, lo sé. Tengo dos caras, como la Luna. Ya. Como el Sol a ella también me haces girar a tu alrededor.
Lo tuyo no tiene nombre:
Me tienes en tus manos y lo peor es que lo sabes. Aunque te hagas el tonto, aunque parezcas idiota, sabes más de la cuenta. Aunque a ti mismo te llames "corto". No hablas a una imbécil.
(¿?) Posiblemente no lo sea, pero esto para mí es arrastrarse. Y me arrastro, me arrastro, ¡claro que me arrastro!, por un gilipollas. Pero es que no es un gilipollas cualquiera, ¡es que es MI gilipollas! No mío porque me pertenezca... mío porque yo ya pertenezco a él.
Soy bastante bipolar, lo sé. Tengo dos caras, como la Luna. Ya. Como el Sol a ella también me haces girar a tu alrededor.
Pero tú eres un tocacojones.
Lo que me digan los demás, me da igual. Piropos más o menos agradables, más o menos físicos, más o menos sentimentales... ninguno es tuyo.
Lo que me digan los demás, me da igual. Piropos más o menos agradables, más o menos físicos, más o menos sentimentales... ninguno es tuyo.
Así que nada. Me dan igual.
Regocíjate. Siéntete complacido, ¡más que eso! gozoso, deleitado... porque te encanta tenerme así, pendiente por ti. Deléitate como nunca lo has hecho, pero también hazlo como nunca más lo harás.
¿Qué es lo que quieres? ¿Curiosidad? ¿Provocar llanto y lágrimas, dolor? ¿Noches en vela, preguntas y más preguntas? Date por satisfecho: ya los ha habido. Aún así cada día intento justificar tu actitud con la mejor de las razones que se me viene a la cabeza, la que yo desearía que fuera. Contra la que podría luchar y, ten por seguro, a la que vencería en un primer y único asalto. Pero es que no es eso, ¿no? Lo que ocurre es que yo no soy suficiente buena para ti. Porque te atraigo y te gusto, pero no como para pillarte por mí. ¿Tiempo al tiempo? No creo, estás tan lejos...
Las habrá más guapas, no te digo que no. Las habrá muchísimo más inteligentes, listas, interesantes, ¡lo que quieras! Pero que hagan lo que yo... dejar a un lado tantísimas veces esta absurda e innata timidez por abrirte mi corazón ¡ni de coña!
¿Para qué? En vano, todo en vano. Contigo el esforzarse obtiene como respuesta una sola noche. Una noche que podría ser mi perdición o, por el contrario, la pequeña ilusión que aún conservo y que cada vez se hace más diminuta y, que estoy segura, esa noche menguará en la oscuridad más y más. Porque nunca vas a sentir lo que yo siento, y porque esa noche sucederá y tú lo sabes, ¿verdad, gilipollas? Lo sabes. Soy tu víctima.
Tu víctima perfecta.
¿No me ves? Me tienes aquí, justo aquí. Estoy delante de tus narices, mírame bien. ¿Te da miedo hacerlo? Engáñame, dime que me quieres y tardaré menos aún en decirte que sí. Quieres retarte a ti mismo, ¿cierto? Ver que puedes conmigo aún sin mentirme...
